Por primera vez, una de las vacunas frente a COVID-19 ha protegido a un animal, macacos Rhesus. Esta vacuna, basada en una formulación anticuada que consiste en una versión inactivada del virus, no produjo efectos secundarios evidentes en monos, y empezó a ensayarse en humanos el pasado 16 de abril. Una compañía privada, Sinovac Biotech (basada en Beijing), administró dos dosis de la vacuna frente al virus SARS-CoV-2 a ocho macacos y, tres semanas más tarde, infectó con tubos hasta la tráquea los pulmones de los simios con el virus. Ninguno manifestó síntomas agudos de infección. Aquellos simios que recibieron una dosis mayor resultaron mejor protegidos frente a la infección del COVID-19. Los resultados resultan esperanzadores pese a ser una fórmula de vacunación a la antigua usanza.Sin embargo, expertos en desarrollo y ensayos de vacunas en monos indican que el número de animales es muy bajo para tener resultados confiables. Además, una protección parcial frente al virus puede ser peligrosa, en base a observaciones con otros coronavirus. Las buenas noticias es que, a priori, el tipo de mutaciones que el virus ha ido acumulando no lo harían resistente a una posible vacuna (inmunólogo Mark Slifka de la universidad de Oregon Health & Science). Para saber si esta vacuna protege a los humanos, tendremos que esperar a los resultados de los ensayos clínicos.