Durante la pandemia del COVID-19, se han probado varios medicamentos antivirales para combatir la enfermedad, tal es el caso de los interferones tipo I (alfa y beta). Sin embargo, los resultados han sido inconsistentes. En un estudio publicado en The Lancet, Fan-Ngai Hung y colaboradores muestran los resultados de un ensayo clínico fase 2, donde se comparó un régimen de combinación de 3 medicamentos: lopinavir (400 mg), ritonavir (100 mg) y ribavirin (400 mg). Algunos de los pacientes del grupo con este tratamiento – los que fueron incluidos en el estudio menos de 7 días después de los primeros síntomas - también recibieron interferón beta 1b. Este grupo se comparó con un grupo control que solamente recibió lopinavir y ritonavir. En total, se contó con 127 pacientes con COVID-19 de seis hospitales de Hong Kong; 86 en el grupo tratamiento y 41 en el grupo control. Los resultados muestran que la terapia se asocia con una reducción significativa de la permanencia del virus, detectable por PCR, de 12 a 7 días. También se redujo el tiempo para el alivio de los síntomas de 8 a 4 días y el tiempo de hospitalización de 14.5 a 9 días. Es importante notar que estas diferencias se mantienen solamente en para el subgrupo de pacientes que recibieron interferón. Asimismo, los pacientes incluidos tenían síntomas leves o moderados (no hubo mortalidad entre los pacientes incluidos durante en el estudio) y, por lo tanto, se necesita ampliar esta investigación hacia pacientes con síntomas graves. Sin embargo, este estudio prospectivo provee datos muy valiosos en el combate al COVID-19.