
En este trabajo se examinó la probabilidad de infección de COVID-19, y qué tan fácil el virus se transmite de persona a persona; estos análisis tomaron en cuenta los casos de contagio y las medidas de mitigación en China, Italia y Nueva York. El resultado más importante del estudio, es el hecho de que el uso de mascarilla redujo el número de infecciones en 78,000 casos en Italia del 6 al 9 de mayo, y en 66,000 casos en Nueva York del 17 de abril al 9 de mayo. Estos resultados “…muestran claramente que la transmisión a través del aerosoles respiratorios representa la ruta dominante para el esparcimiento de COVID-19.” En conclusión, el uso de mascarilla en espacios públicos parece ser el método más efectivo para prevenir la transmisión entre humanos.
Mario Molina, uno de los co-autores del artículo y Mexicano ganador del premio Nobel de química en 1995, menciona que este estudio establece claramente que el uso de mascarilla es muy útil, no solamente para prevenir que se den contagios cuando personas infectadas tosen, sino también para que las personas no infectadas eviten respirar las gotas minúsculas suspendidas en la atmósfera (aerosoles), emitidas por personas infectadas al hablar; estos aerosoles pueden quedarse en la atmósfera durante decenas de minutos, y viajar decenas de pies de distancia”
Este trabajo, sugiere que poco éxito al detener la propagación del COVID-19 en el mundo, puede ser atribuible en parte a que no conocíamos la importancia de la transmisión aérea del virus. Los autores indican que el distanciamiento social y las medidas de higiene deben continuar, pero no son protección suficiente. Combinar estas medidas con el uso de mascarilla reduce altamente las probabilidades de contraer COVID-19.
Fuente
6/12/2020