La dexametasona es un fármaco esteroideo que se usa para aliviar la inflamación, un estudio clínico controlado realizado en el Reino Unido encontró que este medicamento disminuyó en una tercera parte las muertes por COVID-19 en pacientes que ya estaban bajo ventilación.
El estudio RECOVERY, lanzado en marzo es una de las más grandes pruebas clínicas en el mundo para tratamientos contra COVID-19. RECOVERY involucró 2100 participantes quienes recibieron dosis de dexametasona de bajas a moderadas por 10 días y los resultados fueron comparados con los de 4300 pacientes que recibieron tratamiento estándar ante la infección.
El efecto del fármaco fue notorio entre los pacientes en condición crítica y aquellos que estaban recibiendo oxígeno también mostraron una mejoría, aunque el medicamento no tuvo efecto en personas con casos leves de COVID-19.
El uso de esteroides para tratar infecciones respiratorias es controversial y las guías de tratamiento de la OMS habían pedido precaución a los médicos al utilizarlos. Los esteroides suprimen el sistema inmune, lo que podría estarse viendo reflejado en un alivio de los síntomas de pacientes con casos severos de COVID-19 cuyos pulmones se han visto deteriorados por una respuesta inmune aumentada. Aunque, el sistema inmune es importante para combatir el virus de forma efectiva, los resultados de RECOVERY muestran que para pacientes críticos el costo beneficio del tratamiento, en las dosis probadas, es justificable.
El descubrimiento de tratamientos como este, que tienen un impacto directo en la mortalidad de la enfermedad , podrían salvar miles de vidas. En contraste con otros medicamentos que han mostrado ser efectivos para el tratamiento contra COVID-19, como Remdesivir, la dexametasona es un medicamento económico y de fácil acceso para los profesionales de la salud.