Aunque poco a poco comenzamos a acostumbrarnos a coexistir con el coronavirus SARS-CoV-2, todos hemos depositado nuestras esperanzas de un eventual regreso a la "normalidad" con la posibilidad de tener una vacuna contra la enfermedad en muy poco tiempo. Diferentes organizaciones, empresas y gobiernos han puesto sus metas en tener una vacuna a finales del 2020, lo cual es un objetivo bastante ambicioso.

Existen diferentes tipos de vacunas, pero el objetivo principal de todas es "entrenar" al sistema inmune para identificar y destruir agentes infecciosos. Su desarrollo y producción implica muchos retos. Uno de ellos es que es necesario probar que sean seguras para las personas y que en verdad funcionen, para esto es necesario que pasen por un proceso estricto de estudios clínicos en animales y humanos. A veces, algunas vacunas pasan bien las etapas del proceso, pero al ser administradas a un mayor número de pacientes resultan tener efectos adversos. En otras ocasiones, la efectividad de una vacuna para producir inmunidad en el cuerpo es muy baja o necesita de muchos refuerzos. Una vez que se logré tener una vacuna efectiva, entre los cientos que se están probando y desechando, el siguiente reto es producirla y distribuirla alrededor del mundo.

Hasta ahora, solamente tenemos vacunas para 26 enfermedades. La vacuna del ébola tiene el récord por haber sido desarrollada en el menor tiempo, 5 años. En los mejores escenarios, los expertos esperan que una primera vacuna, que tal vez no sea muy efectiva, este lista hasta el 2021, y que tarde incluso un par de años en llegar a la población del mundo.

Aunque el avance en la investigación y el desarrollo de soluciones contra el COVID-19 se ha dado a gran velocidad y se ha destinado una gran cantidad de recursos a la búsqueda de una vacuna, debemos tener en cuenta que el proceso debe hacerse de manera correcta para garantizar el mejor resultado posible. Mientras esperamos, lo mejor que podemos hacer es atender los lineamientos de generales de salud pública para intentar frenar el crecimiento de la pandemia y darle más tiempo a los científicos que buscan una solución. Después de todo, somos un equipo global.