Los hospitales son ahora los epicentros de los brotes de Covid-19. Esto ha resultado en una reticencia de los participantes en los ensayos clínicos a acudir a sus citas y controles rutinarios. Esto ha provocado que muchos estudios clínicos hayan tenido que ser cancelados o “trasladados” a un entorno virtual realizando consultas “en línea” y recolectando la mayor cantidad datos posibles de forma remota. La pandemia podría acelerar el tipo de cambio en los ensayos clínicos que muchas compañías ya estaban esperando hacer de todos modos. Otro cambio que podría perdurar, es la colaboración entre empresas que normalmente son competidoras. Muchas compañías están tratando de hacer que sus cadenas de suministro sean más sólidas para lidiar con la interrupción. Esto podría cambiar el sistema de desarrollo de fármacos por completo.
También las entidades reguladoras de los medicamentos, tanto en los Estados Unidos como en otros países, han actuado rápidamente para aprobar ensayos clínicos de terapias y permitir nuevos usos de medicamentos existentes para combatir el SARS-CoV-2.  Pero esto podría volver al ritmo anterior a la pandemia después de que acaben los brotes.
Otro de los grandes logros ha sido la colaboración entre el gobierno, la industria y la academia. Esto podría cambiar la cultura de esta industria por completo.