El representate especial de las Naciones Unidas de los derechos de los pueblos indígenas, José Francisco Cali Tzay, expresó el pasado lunes su preocupación sobre la vulnerabilidad de los pueblos indígenas frente a la pandemia. Comentó que esta situación les afecta más allá de los problemas de salud.
Los estados de emergencia decretados en la mayoría de los países, están exacerbando la marginalización de las comunidad y pueblos indígenas y en algunos casos llevando a la militarización de sus territorios.
A estas comunidades se les está negando su libertad de expresión y asociación, mientras los intereses industriales y comerciales siguen destruyendo sus territorios y recursos. En algunos países, con el respaldo del estado de emergencia, están silenciando a los pueblos indígenas, negándoles consulta y no llevando a cabo las evaluaciones medioambientales para proyectos de minería o infraestructura.
Está situación lleva a una mayor pobreza estos pueblos, haciéndolos más vulnerables a la enfermedad por mayor desnutrición, falta de higiene y agua potable o exclusión de los servicios médicos.