Las guías alimenticias de diferentes países recomiendan seguir ciertos patrones de alimentación saludables. Se sabe que existe cierta correlación entre tener una alimentación saludable y el riesgo a desarrollar enfermedades cardiovasculares.

Un estudio que demuestra esta correlación se publicó recientemente, se hizo el seguimiento de alrededor de 200,000 personas adultas de diferentes edades.El seguimiento se realizó por al menos treinta años, durante los cuales se evaluó su dieta tomado en cuenta diferentes indices para determinar qué tan sana era. Se rastrearon todos los incidentes cardiovasculares que sufrieron los participantes desde los más leves hasta aquellos que causaron la muerte.

Se registró mediante cuestionarios la dieta de los participantes, sus hábitos (como si fumaban, bebían alcohol o hacían ejercicio) y sus parámetros físicos como son indice de masa corporal (IMC). Tomando en cuenta todos los factores que pudieron obtener, se realizó un análisis estadístico el pasado diciembre de 2019, donde se encontró que a pesar de que existen ciertas diferencias con base en parámetros como etnicidad y sexo, en general el consumo de alimentos sanos se correlaciona de manera positiva con una baja probabilidad  de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Dentro de las dietas saludables se considera el consumo de granos enteros, vegetales, frutas, leguminosas y nueces. Recordemos que las enfermedades cardiovasculares han cobrado gran relevancia como una de las principales causas de muertes en la actualidad por lo que debemos procurar que nuestra dieta sea balanceada y variada.