Alrededor de 200 personas voluntarias recibirán la nueva vacuna en las próximas semanas. Se trata de un ensayo dirigido por el profesor Robin Shattock y sus colaboradores, en el Imperial College de Londres.
Esta vacuna ha sido probada previamente en animales y los resultados sugieren que es segura y desencadena una respuesta inmune efectiva. Después de esta primera fase, si resulta con éxito, se está planeando otra prueba para octubre, que involucra a 6,000 personas. El equipo científico espera que la vacuna se pueda distribuir en el Reino Unido y en el extranjero desde principios de 2021.
Esta vacuna, a diferencia que la vacuna que se está probando en Oxford, se base en un nuevo enfoque, utilizando cadenas sintéticas de código genético, llamadas ARN, que imitan al virus. Una vez inyectada en el músculo, las cadenas de ARN se amplifican haciendo copias de sí mismas, instruyendo a las células de la persona a reconocer unas proteínas espiga que se encuentran en la cubierta del virus. De esta manera, el sistema inmune se entrena en reconocer y combatir el virus sin desarrollar la enfermedad. La ventaja de este nuevo enfoque es que un litro de el material sintético puede ser suficiente para producir hasta dos millones de dosis.
De momento los ensayos clínicos han empezado de manera gradual para evaluar el riesgo. Más de 120 vacunas frente al Covid-19 se están probando en todo el mundo, de las cuales 13 están en ensayos clínicos en la actualidad. No se trata de una competición entre sí, sino contra el virus. Para que haya suficientes dosis para proteger el mundo, varias vacunas deberán ser exitosas. En palabras del profesor Shattock “Hemos podido producir una vacuna desde cero y llevarla a ensayos en humanos en solo unos meses. Si nuestro enfoque funciona y la vacuna proporciona una protección efectiva contra la enfermedad, podría revolucionar la forma en que respondemos a los brotes de enfermedades en el futuro. “